Mi pasión por la comida empieza desde mi infancia, en donde la vida familiar se centraba alrededor de la mesa. Mi abuela Zoila era una mujer de hierro. Era el eje sobre el que giraba la familia y su cocina era el Cuartel de operaciones. La buena mesa era parte importante de la educación de tal forma que todos debíamos de aprender. Mis tías eran todas notables cocineras, pero la tía Emma era mi favorita porque además de cocinera era pastelera reconocida en la ciudad. Me encantaba visitar su cocina y siempre se comía delicioso. Mi padre vivía en la casa de la Abuela por ser único varón y ella viuda se hacían compañía. Mi casa fue la casa de la abuela hasta que entre a la secundaria y mi padre finalmente decidió independizarse. Era alrededor de la cocina en donde nos reuníamos y el patio del comedor era el circo, el estadio de futbol, el parque de diversiones. Desde ese espacio percibía los aromas de toda clase de manjares que se preparaban en esa fantástica cocina de leña, despertando y animando mi gusto por las comidas. Para cuando llegue a la escuela ya sabía my bien lo que quería hacer en la vida. “Cocinar”. Durante toda la secundaria, mi padre trato de convencerme que estudiara alguna profesión universitaria sin éxito alguno pues estaba totalmente decidido a convertirme en cocinero. De tal forma que, al finalizala no le quedo más remedio que enviarme a España a estudiar cocina. Así fue como empecé mis primeros pasos en esta rama tan hermosa de las artes culinarias. A la fecha ya son más de 30 años dedicados fielmente a las artes culinarias incluso cuando desempeñaba posiciones administrativas siempre la cocina me apresaba con su encanto maravilloso. Soy de los pocos privilegiados que la vida ha permitido regresar a sus raíces ahora cocino y enseño a las nuevas generaciones.
Mi querido amigo me encanta la idea de esta pagina y lo que haz plasmado en ella es el claro reflejo de lo que somos y de las pasiones que se van generando con el transcurso de los años.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Pablo,
ResponderEliminarMucha suerte en esta nueva aventura que estoy seguro como siempre que tu haces algo será un éxito.
Estoy trabajando en mi blog desde hace algunas semanas, todavia no lo publico, pero apenas lo haga te invitaré y pediré comentarios. Como siempre nos sigue uniendo la misma pasión!
un fuerte abrazo.
Luis vallejo
Hermano,
ResponderEliminarLlevas el legado de este arte maravilloso, y gracias por plasmarlo en este sitio, a que las raíces perduren. Es exacto tu relato, se jugaba alrededor de los platos de la abuelita.... Yo no era mas alta que los pavos que emborrachaban en el patio y corría obligándle a correr en círculos tomando de sus alas abiertas. El sabor de las melcochas que se batía la abuela y repartía a decenas de nietos... !
Que sirva este sitio para nunca olvidar!!
Gracias de corazón:
Mónica!