Aprender a cocinar, requiere de mucha disciplina, como en las otras ramas de las artes: pintura, canto, o danza. Obligatoriamente requiere que el aprendiz tenga una cierta afinidad con estos menesteres. En mis años como instructor, he tratado de ensenar a muchos interesados sin dotes, con resultados infructuosos y frustrantes, me imagino que lo mismo les debe pasar a los maestros de canto, o danza.
Una vez en la escuela, el aprendiz empieza a desarrollar sus destrezas en el uso de los instrumentos vitales para todo cocinero los cuchillos y otras herramientas, pero lo más importante es despertar el amor por el oficio, y eso solo se logra cuando el maestro es un ejemplo en donde el aprendiz pueda verse reflejado.
Integridad profesional, ética, conocimientos y experiencia forman la mitad de los cimientos la otra mitad está en la pasión por las comidas, amar las artes culinarias. Para mi llega a tal punto, que enseñar se convierte en una necesidad vital.
Al igual que en el canto, primero se debe aprender las técnicas clásicas que perfeccionarán la voz del aprendiz, solfeos, repeticiones permanentes de pequeñas piezas hasta conseguir la perfección Estas destrezas van madurando la voz del cantante que con los años logra su brillantez. Lo mismo ocurre en la cocina, son los conocimientos y la depuración personal de cada técnica lo que convertirá al iniciado en cocinero.
Desde luego, como en otras artes, de cuando en cuando aparecen genios, que desde muy temprana edad parecen haber nacido con la gracia y los conocimientos que rápidamente les hace brillar.
Para aquellos que nos interesa la cocina, no hay nada más apasionante que el calor en sus diversas manifestaciones, y los resultados que se logra con el mismo. La transformación de simples ingredientes que la madre naturaleza nos proporciona convertidos en los mas deliciosos manjares; un arte efímero, Lo que se preparo una vez no se repetirá jamás en el tiempo solo en la memoria agradecida del comensal, que buscara con ansias mas.
Allí está la esencia de este oficio, somos verdaderos ilusionistas, hacemos felices a las personas, cerramos los más difíciles negocios, festejamos nacimientos, matrimonios, cumpleaños, remediamos entredichos, estimulamos a poetas y escritores como musas ( siempre algo bueno debe salir después de un plato de mariscos frescos acompañado con buen vino no creen?)
Se agradece también el altísimo estandar que manejan los cheffs profesionales, ya que si bien en el restaurante de menú diario que uno visita cada día para comer un almuerzo de $2.000 pesos (algo así como 4 dólares gringos) sea aceptable y mucho mejor que la comida que uno prepara en la noche apurado y ansioso por alimentar el demonio abisal que habita en nuestros estómagos.
ResponderEliminar¿Se entendió?... no! jajaja. Hago referencia a que el hecho de que la comida hecha profesionalmente (el más alto nivel de cocina) junto con la comida más mala (la que uno sin conocimientos prepara cuando se da cuenta de que le quedan 10 minutos para salir) crean un rango de calidad que establece en qué punto está la comida de ese restaurante... así que mientras mejor cocine la gente como tú, más se eleva el estándar de mi restaurante favorito para almorzar cada día; ¿curioso no?.
¡Gracias y saludos!