No se puede pensar en la alimentación humana, sin considerar necesariamente a las bebidas como compañeras inseparables. En la evolución histórica de las comidas, sin lugar a dudas las bebidas han constituido no solamente en un complemento material, sino también espiritual, psicológico y social y por ende en una parte importante de la Gastronomía.
En este interesante escenario han sido las bebidas alcohólicas las que han llevado un importante papel. Primero la cerveza y el vino, luego los alcoholes destilados con sus combinaciones han ocupado un importante lugar en la vida del hombre moderno, a los que el Gran Honorato de Balzac llamaba “excitantes modernos”.
Aunque los primeros aguardientes de frutas y granos datan del siglo XIII . Se dice que fue un catalán llamado Amau de Vilanova quien fabricó en la ciudad de Montpellier el primer alcohol que se registró en occidente en 1315 y al que llamó “ aqua vitae “ ( agua de vida ).
Acuérdese lector que la alquitara y la destilación ya era conocida por pueblos árabes y orientales algunos siglos antes.
Estos alcoholes eran utilizados básicamente como medicina, llamados “alcoholatos remediadores”. Los alquimistas de la época pensaron que habían logrado extraer en sus alambiques lo que llamaban “el alma ardiente del vino “.
No obstante, recién en el siglo XVI comienzan a beberse los aguardientes por puro placer, y de una manera generalizada.
Para eliminar el carácter medicinal de los alcoholes y quitarles el “gusto repelente de las flemas”, ( los primeros vapores de la destilación )se comenzó a añadir hierbas aromáticas y especies a los mostos para la destilación, o esencias de flores y frutas.
El famoso “ rossoly “ que bebía el rey Luis XIV no era otra cosa que alcohol de uva con una mezcla de pétalos de rosas, azahares, clavos de olor, canela y jazmines.
La mayoría de los aguardientes se empiezan a destilar en los monasterios y en los castillos que contaban con alquimistas guardando los secretos de las fórmulas como los más preciados tesoros.
A finales del siglo XVII e inicios del XVIII ya se comercializaban desde Francia hacia Holanda, España, Inglaterra y Escandinavia el famoso “vin brule” llamado en español “brandevin”, que posteriormente se conoce como Brandy y que en principio era consumido en grandes cantidades por los navegantes.
Los aguardientes dulces como el Benedictine ya se destilaban en 1510 en la Abadía de Fecamp en Normandía, el anisado Kummel se lo fabricaba en Riga en 1598. El licor de anís fue fabricado por un comerciante holandés llamado Bols en 1575, o el licor llamado Chartreuse elaborado en la casa de una familia aristócrata de apellido D’Estrées en 1605.
Del famoso whisky escocés se conoce que su elaboración se remonta a los años 1494 y parece ser que su elaborador fue un viejo llamado John Cox , aunque no adquiere una presencia histórica como bebida sino hasta el siglo XVIII, el cognac en 1620, el Famoso licor de sidra, Calvados en 1552. El gin o ginebra aparece a mediados del siglo XVII imaginado por un boticario Holandés de apellido Silvius, en Leyden aunque quien lo comercializó era un Holandes llamado Lucas Bols en Amsterdam con el nombre de “jenever” que significa enebro. El ron también data del siglo XVII nacido en el Caribe, seguramente en Barbados. Aparece esta bebida con el nombre de “rumbuillón” , de origen ingés que significa “ tumulto” aunque hay otros que dicen que proviene de la palabra latina rumpus, el caso es que ya en 1654 la palabra “rum” ya se lee en textos ingleses para designar a esta bebida.
A partir del siglo XIX se populariza en todo el mundo occidental el consumo de alcoholes generalmente ligados a las comidas. Se los tomaba como aperitivos o como bebidas digestivas y es, con seguridad, ya hacia el siglo XX donde la distribución y consumo de los aguardientes se generaliza en todo el planeta. Tomados no solamente antes, durante y después de las comidas sino como pretexto de cualquier reunión social.
El origen de la palabra inglesa “cocktail”, es incierto ( significa cola de gallo ), lo que si parece ser es que nació en Norteamérica, se dice que los colonizadores para excitar la sed y poder beber mayores cantidades de whisky, se untaban pimienta con una pluma de la cola de un gallo. También se dice que en las costas caribeñas de México se preparaba una bebida con ron, que se tomaba, utilizando una pluma de gallo como sorbete., en fin el origen es lo de menos, creo , y ustedes lectores estarán de acuerdo que la palabra describe perfectamente la esencia de lo que significa esta mezcla de licores, y/o mezcladores que con maestría, arte y estética se sirve por todo el mundo. Un cóctel debe ser “hermoso como las plumas de un gallo”.
Con la llegada del turismo, el gusto por los cocteles de los norteamericanos y la fama de sus películas han incrementado la afición por estas bebidas, a pesar de las llamadas de atención que hacían los bebedores ortodoxos. De las sangrías , vinos calientes, grogs y otras pocas combinaciones de licores elaborados “para las damas” a la actual variedad mundialmente apetecida de opciones y de combinaciones a base de bebidas y jugos hay un universo que solamente puede ser limitado por la imaginación y el gusto personal.
Sin embargo , como lo saben los hoteleros, restauranteros y barmans de todo el planeta, la coctelería se ha convertido en un arte cuidadoso, una mezcla de la alquimia ancestral con la estética, en las que las porciones son determinantes así como los implementos para lograr determinados efectos o “ puntos de sabor”. Asi como la perfecta combinacion de estas bebidas con las comidas Los expertos modernos en estos temas son llamados Mixiologos.
En este interesante escenario han sido las bebidas alcohólicas las que han llevado un importante papel. Primero la cerveza y el vino, luego los alcoholes destilados con sus combinaciones han ocupado un importante lugar en la vida del hombre moderno, a los que el Gran Honorato de Balzac llamaba “excitantes modernos”.
Aunque los primeros aguardientes de frutas y granos datan del siglo XIII . Se dice que fue un catalán llamado Amau de Vilanova quien fabricó en la ciudad de Montpellier el primer alcohol que se registró en occidente en 1315 y al que llamó “ aqua vitae “ ( agua de vida ).
Acuérdese lector que la alquitara y la destilación ya era conocida por pueblos árabes y orientales algunos siglos antes.
Estos alcoholes eran utilizados básicamente como medicina, llamados “alcoholatos remediadores”. Los alquimistas de la época pensaron que habían logrado extraer en sus alambiques lo que llamaban “el alma ardiente del vino “.
No obstante, recién en el siglo XVI comienzan a beberse los aguardientes por puro placer, y de una manera generalizada.
Para eliminar el carácter medicinal de los alcoholes y quitarles el “gusto repelente de las flemas”, ( los primeros vapores de la destilación )se comenzó a añadir hierbas aromáticas y especies a los mostos para la destilación, o esencias de flores y frutas.
El famoso “ rossoly “ que bebía el rey Luis XIV no era otra cosa que alcohol de uva con una mezcla de pétalos de rosas, azahares, clavos de olor, canela y jazmines.
La mayoría de los aguardientes se empiezan a destilar en los monasterios y en los castillos que contaban con alquimistas guardando los secretos de las fórmulas como los más preciados tesoros.
A finales del siglo XVII e inicios del XVIII ya se comercializaban desde Francia hacia Holanda, España, Inglaterra y Escandinavia el famoso “vin brule” llamado en español “brandevin”, que posteriormente se conoce como Brandy y que en principio era consumido en grandes cantidades por los navegantes.
Los aguardientes dulces como el Benedictine ya se destilaban en 1510 en la Abadía de Fecamp en Normandía, el anisado Kummel se lo fabricaba en Riga en 1598. El licor de anís fue fabricado por un comerciante holandés llamado Bols en 1575, o el licor llamado Chartreuse elaborado en la casa de una familia aristócrata de apellido D’Estrées en 1605.
Del famoso whisky escocés se conoce que su elaboración se remonta a los años 1494 y parece ser que su elaborador fue un viejo llamado John Cox , aunque no adquiere una presencia histórica como bebida sino hasta el siglo XVIII, el cognac en 1620, el Famoso licor de sidra, Calvados en 1552. El gin o ginebra aparece a mediados del siglo XVII imaginado por un boticario Holandés de apellido Silvius, en Leyden aunque quien lo comercializó era un Holandes llamado Lucas Bols en Amsterdam con el nombre de “jenever” que significa enebro. El ron también data del siglo XVII nacido en el Caribe, seguramente en Barbados. Aparece esta bebida con el nombre de “rumbuillón” , de origen ingés que significa “ tumulto” aunque hay otros que dicen que proviene de la palabra latina rumpus, el caso es que ya en 1654 la palabra “rum” ya se lee en textos ingleses para designar a esta bebida.
A partir del siglo XIX se populariza en todo el mundo occidental el consumo de alcoholes generalmente ligados a las comidas. Se los tomaba como aperitivos o como bebidas digestivas y es, con seguridad, ya hacia el siglo XX donde la distribución y consumo de los aguardientes se generaliza en todo el planeta. Tomados no solamente antes, durante y después de las comidas sino como pretexto de cualquier reunión social.
El origen de la palabra inglesa “cocktail”, es incierto ( significa cola de gallo ), lo que si parece ser es que nació en Norteamérica, se dice que los colonizadores para excitar la sed y poder beber mayores cantidades de whisky, se untaban pimienta con una pluma de la cola de un gallo. También se dice que en las costas caribeñas de México se preparaba una bebida con ron, que se tomaba, utilizando una pluma de gallo como sorbete., en fin el origen es lo de menos, creo , y ustedes lectores estarán de acuerdo que la palabra describe perfectamente la esencia de lo que significa esta mezcla de licores, y/o mezcladores que con maestría, arte y estética se sirve por todo el mundo. Un cóctel debe ser “hermoso como las plumas de un gallo”.
Con la llegada del turismo, el gusto por los cocteles de los norteamericanos y la fama de sus películas han incrementado la afición por estas bebidas, a pesar de las llamadas de atención que hacían los bebedores ortodoxos. De las sangrías , vinos calientes, grogs y otras pocas combinaciones de licores elaborados “para las damas” a la actual variedad mundialmente apetecida de opciones y de combinaciones a base de bebidas y jugos hay un universo que solamente puede ser limitado por la imaginación y el gusto personal.
Sin embargo , como lo saben los hoteleros, restauranteros y barmans de todo el planeta, la coctelería se ha convertido en un arte cuidadoso, una mezcla de la alquimia ancestral con la estética, en las que las porciones son determinantes así como los implementos para lograr determinados efectos o “ puntos de sabor”. Asi como la perfecta combinacion de estas bebidas con las comidas Los expertos modernos en estos temas son llamados Mixiologos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario