Cuando el acto de comer pasa de ser una simple necesidad vital, y trasciende las barreras de la sobrevivencia, es cuando se convierte en un placer. Desde luego hay que tener un estomago bien alimentado para poder pensar temas artísticos o filosóficos.
Convertirse en sibarita es una pasión por llegar a los mas recónditos limites de el gusto humano, probar y experimentar, ampliar la gama de sabores y aromas enriquecido con las culturas de otros pueblos es disfrutar de los placeres que se obtienen de buna comida.
La lucha por dar la debida consideración a las artes culinarias con su derecho propio es relativamente nueva, la comida es un acto, en la que aparecen una sucesión de códigos como personajes de una obra. Tiene su ritual propio, tratando siempre de emular la belleza de la naturaleza de una forma artificial y elaborada, de tal forma que no solo es la presentación visual de la comida lo que nos atrae sin también el contexto en que se nos la presenta, es el plato, es la atmosfera, es el entorno que la rodea y por tanto se trata de un acto social y cultural.
A comienzos del siglo XX el periodista francés Croze da testimonio de como al sentido del gusto no se le ha dado tanta importancia en las artes: "¡Cuán extraordinaria es la importancia atribuida al sentido del oído y el desprecio en el que el del gusto es tenido! Tener sutiles papilas gustativas es mal visto... Dicen que el único placer de un simple es comer..."
Vivimos en un mundo globalizado, que ha trascendido las barreras limítrofes de los países, lo seres humanos tenemos la capacidad de desplazarnos rápidamente de un lugar a otro del planeta, ya sea físicamente o a través de los modernos sistemas de comunicación audiovisual que nos acercan a otras culturas y formas de pensar. Los mercados se están inundando de productos que de todas partes. Incluso en los países de cuatro estaciones, cuando llega el invierno las personas pueden acceder a productos y frutas que se exportan de países que tienen verano en otras latitudes.
En este contexto es que la experimentación es algo que resulta natural y fácil, se puede transitar con naturalidad y sin miedos en los placeres de la mesa. Probar y experimentar con nuevas recetases entender como otras personas de diferentes formas de vida se interrelacionan con los alimentos es parte del moderno arte de comer. Somos ciudadanos de un mundo globalizado que esta borrando las fronteras respetando más y más la diversidad.
El arte de comer se convierte entonces en un fascinante viaje plagado de aromas, sabores y colores que no solamente nos proporcionan placer, pero también nos enriquece culturalmente.
Las Artes culinarias, al igual que otras ramas de las artes, se las puede aprender y desarrollar en Escuelas. Se requiere solamente el deseo de aprender.
Convertirse en sibarita es una pasión por llegar a los mas recónditos limites de el gusto humano, probar y experimentar, ampliar la gama de sabores y aromas enriquecido con las culturas de otros pueblos es disfrutar de los placeres que se obtienen de buna comida.
La lucha por dar la debida consideración a las artes culinarias con su derecho propio es relativamente nueva, la comida es un acto, en la que aparecen una sucesión de códigos como personajes de una obra. Tiene su ritual propio, tratando siempre de emular la belleza de la naturaleza de una forma artificial y elaborada, de tal forma que no solo es la presentación visual de la comida lo que nos atrae sin también el contexto en que se nos la presenta, es el plato, es la atmosfera, es el entorno que la rodea y por tanto se trata de un acto social y cultural.
A comienzos del siglo XX el periodista francés Croze da testimonio de como al sentido del gusto no se le ha dado tanta importancia en las artes: "¡Cuán extraordinaria es la importancia atribuida al sentido del oído y el desprecio en el que el del gusto es tenido! Tener sutiles papilas gustativas es mal visto... Dicen que el único placer de un simple es comer..."
Vivimos en un mundo globalizado, que ha trascendido las barreras limítrofes de los países, lo seres humanos tenemos la capacidad de desplazarnos rápidamente de un lugar a otro del planeta, ya sea físicamente o a través de los modernos sistemas de comunicación audiovisual que nos acercan a otras culturas y formas de pensar. Los mercados se están inundando de productos que de todas partes. Incluso en los países de cuatro estaciones, cuando llega el invierno las personas pueden acceder a productos y frutas que se exportan de países que tienen verano en otras latitudes.
En este contexto es que la experimentación es algo que resulta natural y fácil, se puede transitar con naturalidad y sin miedos en los placeres de la mesa. Probar y experimentar con nuevas recetases entender como otras personas de diferentes formas de vida se interrelacionan con los alimentos es parte del moderno arte de comer. Somos ciudadanos de un mundo globalizado que esta borrando las fronteras respetando más y más la diversidad.
El arte de comer se convierte entonces en un fascinante viaje plagado de aromas, sabores y colores que no solamente nos proporcionan placer, pero también nos enriquece culturalmente.
Las Artes culinarias, al igual que otras ramas de las artes, se las puede aprender y desarrollar en Escuelas. Se requiere solamente el deseo de aprender.
Total y absolutamente inspiradoras tus palabras, Yo al menos soy muy agresivo al momento de probar nuevos sabores, no sabré cocinar pero no dejo de deleitar mi paladar con novedades cada vez que sea posible.
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