sábado, 3 de octubre de 2015


MECANISMOS DE LA DEGUSTACIÓN:
 
 

Los mecanismos  gustativos son bien complejos y veloces, ocurren de manera casi instantánea, desde el momento en que la persona entra en contacto con el alimento.  La estimulación sensorial se transmite hacia la corteza cerebral, que la procesa y  rebota como una respuesta motora. El mecanismo funciona siempre de ida y vuelta, la información ingresa al cerebro,  relacionándola con la base de datos que existe en la memoria, generando una respuesta convertida en sensación. Se trata de un proceso simbiótico permanente  entre el ser humano y la materia, vivimos a través de lo que vemos, oímos, sentimos y saboreamos. Este proceso se  realiza a una velocidad pasmosa.

                                                                                                    

La degustación pone en juego una serie de elementos:

 

A.    Estímulos: Se trata de agentes físicos, o químicos que provocan la estimulación de los sentidos.

 

B.    Sensaciones: Se trata de  un fenómeno abstracto, subjetivo, resultado de la estimulación  de los receptores sensoriales, que son estructuras celulares diferenciadas o bien terminaciones nerviosas libres.


C.   Transmisión Nerviosa: Se trata de un conjunto de neuronas que dirigen sus ramificaciones desde los receptores hasta la corteza cerebral, y a su vez las repuestas a los órganos interesados involucrados del cuerpo que generan una reacción.

 

 

D.   Recepción: Se trata de  agrupaciones neuronales de la corteza cerebral, conectadas de forma más o menos directa con las vías aferentes (transmisión nerviosa) dependientes de cada modalidad sensorial. Se trata en definitiva de la toma de conciencia sensorial, la interpretación de la sensación recibida.

 

Las propiedades Organolépticas de  un alimento, sustancia o bebida son, por tanto, “las características percibidas con nuestros órganos sensoriales y que son interpretadas por nuestro cerebro”. 

 

Las propiedades de un alimento,  se convierten en organolépticas, al momento  que son percibidas por nuestros sentidos.

 

Un ejemplo de esto es el del azúcar:

 

Químicamente, no es otra cosa que  cristales de sacarosa, con cierta forma, densidad, peso, solubilidad, etc.  Sin embargo, ninguna de las características anteriores  permite explicar el porque la sacarosa es dulce. Hay que probarla para descubrir esa particularidad. La sacarosa debe estimular las papilas gustativas, para sentir su particular sabor. Mientras esto no suceda, no se puede demostrar que es dulce. El organismo humano aprende mediante los estímulos percibidos.

 

El sabor dulce  es la  propiedad organoléptica del azúcar (la sacarosa). Es decir que para que sea azúcar, primero deberá haber pasado por las papilas gustativas de la lengua y procesado en el cerebro, produciendo una respuesta, que en definitiva es su propiedad organoléptica.

 

Todos los seres humanos, en todas las etapas de nuestra vida, estamos recibiendo estímulos de origen interno y externo. Cada parte de nuestro cuerpo posee receptores especializados en estímulos específicos que nos permiten captar el mundo exterior.

 
Es importante anotar, sin embargo, que para que los receptores logren captar los estímulos, la energía con que éstos se manifiesten debe ser lo suficientemente intensa como para provocar un estimulo-respuesta  de lo contrario la información no alcanzara a llegar al cerebro. Solamente si la energía del estímulo es adecuada el receptor responde enviando una señal electroquímica al cerebro y su consiguiente

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